La vida cotidiana en Cowork Terrassa
Trabajar en casa en pijama era ya demasiado aburrido y volver a la misma rutina no era una opción. Qué descanso levantarme a las 8, sin prisas, ni tener que coger el coche para ir a trabajar a Barcelona, desayuno tranquilamente con la pareja y acompaño a las niñas al cole, dando un agradable paseo por el centro peatonal de Terrassa, y llego al coworking en cinco minutos. Qué alegría, encontrarme con los compañeros y compañeras de mañana, hacer un cafetón junto a la estufa de pellets y charlar la charla.
Hoy será un día. Con el día por delante, empiezo mi jornada laboral, relajado, motivado, lleno de ideas y creatividad. Hoy es un día movidito, a las 9 tengo un morning meeting con la delegación de Holanda, ya las 10 un workshop. Aprovecho un tenderete, un té y networking con los colegas del coworking que son una joya. Mientras tanto avanzo en la preparación del nuevo lanzamiento, convencido de que será un éxito.
Ya es una, hoy voy a comer a casa con la familia. Algunos días me quedo en la terraza del coworking, o vamos de tapas en el restaurante que acaban de inaugurar.
A las tres, he invitado a mi equipo a venir a Terrassa, han quedado impresionados. Tenemos una reunión en el coworking para una sesión de brainstorming, sobre cómo podemos incorporar la inteligencia artificial. Han salido ideas alocadas, y he preguntado a la compañera de coworking, experta en innovación, que opina. Tener a estos compañeros es tan reconfortante. La colaboración es mi secreto de alto rendimiento.
Como pasa el tiempo, ya son las cinco, voy a recoger a las niñas al cole de al lado ya pasear un rato, que la tarde es muy larga, ya las 8 tengo que ir al gimnasio.
Así es la vida en Cowork Terrassa. Soy dueño de mi tiempo, capitán de mi destino.